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Los vehículos están equipados con tantos sistemas de funcionamiento y protección que, a menudo, podemos confundir una utilidad con otra, incluso aunque las utilicemos a diario y de una forma totalmente automática. Sin embargo, nunca está de más recordar y dejarlas claras, especialmente porque un mal uso puede acarrear importantes problemas, y no solo económicos.
Esta vez hablamos de las luces antiniebla, esos focos luminosos que están ubicados en la parte delantera y trasera del coche y que solo deben ser activados en ocasiones muy concretas. El reglamento de circulación es muy estricto con su uso, así que mejor refresquemos la memoria porque ¿sabes realmente cuál es su uso y la normativa que las rige?
¿Qué son las luces antiniebla?
Tal y como su nombre indica, las luces antiniebla son unos puntos de luz que están ubicados en el automóvil y que ayudan a mejorar la visibilidad cuando las condiciones meteorológicas son adversas. Aunque hablamos de una niebla espesa, también se incluyen fuertes lluvias, nieve o granizo.
Durante esos episodios meteorológicos la visión de la ruta a seguir queda casi anulada, de ahí que sea necesario un aporte extra de luz para evitar cualquier accidente, además de la máxima precaución.
Esta mejora en la visión está destinada para el propio conductor del vehículo y así poder intuir el camino que tiene delante, pero también para el resto de conductores, con el fin de que seamos vistos durante el trayecto, por lo que su uso se considera fundamental.
¿Cómo son las luces antiniebla?
Dentro del conjunto de luces que conforman nuestro automóvil, encontramos los faros antiniebla que poseen unas características determinadas:
- Están situadas tanto en la parte delantera como en la trasera. Y, sobre todo las delanteras, vienen de serie en todos los coches.
- Las luces traseras son de color rojo, para que puedan verse incluso en las condiciones más difíciles. Y su brillo es especialmente potente, de ahí que solo se puedan utilizar en este tipo de condiciones ya que podría deslumbrar al resto de conductores.
- Las delanteras tienen una tonalidad blanca o amarilla, su intensidad es menor y también se pueden utilizar en otras situaciones. Y, como hemos visto, sirven para abrir el campo visual del propio conductor.
- Ambas son independientes, por lo que pueden encenderse de forma separada, no en vano cada una de ellas se puede utilizar para casos distintos.
¿Cuándo debemos activar las luces antiniebla?
Ya hemos visto que se deben utilizar, únicamente, cuando las condiciones meteorológicas sean adversas. ¿Pero qué se entiende como meteorología adversa? Lo mejor, para crear una definición común, es remitirse a lo que dice la DGT. Es decir: niebla, lluvia intensa, tormenta de nieve y nubes de humo o polvo. O, por ajustar una medida, cuando el campo de visión se reduce hasta los 20 metros.
¿Delanteras o traseras?
Delanteras
Pueden utilizarse de forma aislada o en combinación con las de corto alcance y, por supuesto, siempre que las condiciones meteorológicas lo pidan. Estas nos van a ayudar a poder ver la vía por la que vamos transitando. Un grave error, y que suele cometerse con asiduidad, es utilizar las luces de largo alcance durante la niebla.
Traseras
Debido a su gran destello, solo podrán ser utilizadas en estas condiciones y jamás en otras, siendo incluso motivo de sanción. Al encender estos focos traseros estamos advirtiendo, a los conductores que vienen detrás de nosotros, de nuestra presencia y, al mismo tiempo, ayudando a trazar el camino a seguir. Aunque pueda parecer un tanto ambiguo lo de la poca visibilidad, podemos valorarlo de una forma más eficaz: si vemos que no distinguimos las luces de los coches que circulan delante de nosotros, es momento de encender las antiniebla traseras.
Un caso excepcional para el uso de las antiniebla delanteras
La DGT remarca, con mucho ahínco, que las antiniebla solo pueden ser utilizadas durante condiciones meteorológicas adversas, sin embargo contempla una excepción para las delanteras.
Si circulamos por una carretera estrecha, cuya anchura sea de 6 ’50 metros de ancho, o incluso menos, y en la que se suceden innumerables curvas, como bien puede ser un puerto de montaña, podemos activar las delanteras sin ser amonestados.
¿Cuándo debemos apagar las luces antiniebla?
De igual modo que debemos saber cuándo es el momento de encender estas luces, también debemos ser conscientes de cuándo apagarlas.
Los primeros que deben apagarse, en cuanto el tiempo haya mejorado y hemos pasado el banco de niebla intenso, son los focos traseros. No olvidemos que su destello es especialmente potente y podemos deslumbrar al conductor que va detrás nuestro. La mejor manera de comprobar que es el momento exacto de apagarlas es cuando nos molestan las del coche que va delante.
En cambio los delanteros pueden mantenerse mientras la visibilidad no sea del todo completa.
¿Cuál es la multa por el uso incorrecto?
Según el reglamento de la circulación, y tal y como llevamos insistiendo todo el tiempo, solo deben ser usadas en condiciones meteorológicas especialmente complicadas y en las que la visión queda totalmente mermada.
De forma literal, el reglamento dice: “es obligatorio utilizar el alumbrado establecido reglamentariamente cuando existan condiciones meteorológicas o ambientales que disminuyan sensiblemente la visibilidad como niebla, lluvia intensa, nevada, nubes de humo o de polvo o cualquier otra circunstancia análoga”.
Tal como aparece en el artículo 76 del Código de la Circulación, no utilizar el alumbrado del vehículo como es debido supone una sanción grave. De hecho, puede superar la cantidad de 200 euros y la pérdida de algún punto del carné.